
Este servicio está orientado a atender de forma individual y personalizada a adultos, jóvenes y menores, así como a parejas y a familias.
Debemos saber que todos pasamos por situaciones que nos hacen sufrir y que no siempre sabemos afrontarlas y superarlas. Contando con la ayuda adecuada, podremos conseguir solucionar aquellas situaciones alcanzando una vida más plena y feliz.
Ventajas
Presencia física
El psicólogo y el paciente se conocen personalmente, comparten entorno y condiciones físicas.
Cercanía y confianza
El conocerse personalmente, favorece la relación de cercanía y complicidad entre psicólogo y paciente. El trato es cálido y, con el tiempo, se establecen fuertes lazos interpersonales entre uno y otro.
Comunicación no verbal
El terapeuta puede usar otras formas de comunicación, al igual que puede interpretar las expresiones del paciente. Todo esto es muy positivo a la hora de prestar la mejor ayuda psicológica posible.
Control del Entorno
El terapeuta se asegura de que se den las condiciones óptimas para el perfecto desarrollo de la terapia.
Para una consulta más personal, no dude en ponerse en contacto conmigo aquí
¿Cómo trabajo?
1- Evaluación previa
En ellas se fijamos el objetivo de la terapia y se recoge información necesaria para comprender el problema a tratar. El objetivo debe ser siempre realista y adecuado a la situación que vive el paciente.
La evaluación puede complementarse con la interpretación de los cuestionarios oportunos al problema, para así aportar una visión más objetiva de lo planteado en la entrevista clínica.
2- Diagnóstico o fase de hipótesis
Es una fase importante. En ella se define la situación problema, y se explican los posibles factores que han influido en su aparición y aquellos que hacen que continúe.
3- Tratamiento o fase de terapia
A lo largo de estas sesiones, el paciente aprende, con el apoyo del terapeuta, formas alternativas de actuar y/o pensar. La implicación de la persona en terapia es esencial para alcanzar los objetivos marcados.
En un primer momento, se aconseja que las sesiones sean semanales, de una duración aproximada de 45 minutos, pero siempre se adaptan a las necesidades personales de cada persona. Conforme avanza la terapia y se alcanzan objetivos, las sesiones se dilatan en el tiempo en función de las necesidades de la persona.
4- Fase de seguimiento
Es una fase en la que el papel del psicólogo se limita a resolver dudas prácticas y comprobar la consolidación de lo aprendido y puesta en práctica de ello en el día a día.
1- Evaluación previa
En ellas se fijamos el objetivo de la terapia y se recoge información necesaria para comprender el problema a tratar. El objetivo debe ser siempre realista y adecuado a la situación que vive el paciente.
La evaluación puede complementarse con la interpretación de los cuestionarios oportunos al problema, para así aportar una visión más objetiva de lo planteado en la entrevista clínica.
2- Diagnóstico o fase de hipótesis
Es una fase importante. En ella se define la situación problema, y se explican los posibles factores que han influido en su aparición y aquellos que hacen que continúe.
3- Tratamiento o fase de terapia
A lo largo de estas sesiones, el paciente aprende, con el apoyo del terapeuta, formas alternativas de actuar y/o pensar. La implicación de la persona en terapia es esencial para alcanzar los objetivos marcados.
En un primer momento, se aconseja que las sesiones sean semanales, de una duración aproximada de 45 minutos, pero siempre se adaptan a las necesidades personales de cada persona. Conforme avanza la terapia y se alcanzan objetivos, las sesiones se dilatan en el tiempo en función de las necesidades de la persona.
4- Fase de seguimiento
Es una fase en la que el papel del psicólogo se limita a resolver dudas prácticas y comprobar la consolidación de lo aprendido y puesta en práctica de ello en el día a día.